Hoy vamos con algo que yo ni siquiera sabía que existía, los concursos de labranza, nuestro amigo Jaime Jiménez nos lo explica y nos envía una foto.
"Una de las grandes aficiones de Campillos Sierra en los años de la posguerra era labrar. La necesidad de combatir el hambre, obligaba a la gente a cultivar el mayor número posible de tierras, y aplicando aquello de “hacer de la necesidad virtud”, los campillanos convirtieron la dura tarea agrícola de arar la tierra en una sana competencia y,muchas veces, en un arte. Labrar bien consistía básicamente en hacer
los surcos rectos y profundos, dos condiciones que, sin duda, contribuían a obtener una cosecha abundante y uniforme. Parece ser que en nuestro pueblo abundaron los labradores excelentes, por lo que teníamos, en este campo, una magnífica reputación en la comarca.
Aunque ahora nos resulte extraño, la gente disfrutaba con estas cosas en aquellos años de pobreza.
En la fotografía, que debe ser de los años sesenta, se ven varias
parejas de mulos echando un “torero”, que es el nombre que recibía el surco que tenía que hacer cada uno de los labradores que participaban en la competición el día de San Isidro. Los “toreros” medían entre 200 metros y un kilómetro de longitud aproximadamente(los de la fotografía son bastante largos, como puede apreciarse
si nos fijamos bien) dependiendo de la zona en donde se realizaran, que solía ser detrás de las Eras Altas, en la Vega, o en Prado la Tejera.
La “bandera” de la derecha, era la referencia hacia donde tenían
que dirigir los surcos los labradores. En primer término, Vicente Navarro, que ya ha acabado su “torero”.
Por su izquierda (nuestra derecha) otro par de mulos está finalizando,y a la izquierda de la fotografía, junto al hocico del macho, se ve otra pareja bastante retrasada.
Queda para los visitantes del blog adivinar el paraje."
1 comentario:
Felicidades a Jaime y familia por sus bonitas fotos!!!
El paraje...ya q se ve la sesentena...creemos q es el prado la tejera!!!
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